Básicamente son para después de las ocho.....y las tres, y las cuatro, y las cinco...
Recuerdo perfectamente la primera vez que comí estos bombones. Mi tío se había ido a Francia, a un curso del trabajo (no sé, serían los '70), y nos los trajo de vuelta como regalito. Madre mía que ricos!!!. Es que no me puedo comprar una cajita sin devorarlos.
Así que cuando encontré la pasta de menta, dije: "esta es la mía".